El plato multicolor como estrategia
para abaratar los platos de comida saludable
Marianella Herrera Cuenca MD, PhD. Profesora Asociado e Investigadora. CENDES
Solemos creernos lo que nos han hecho creer, y nuestras creencias se manifiestan a través de nuestros actos. Cuando creemos que no podemos hacer algo, es muy difícil que lo logremos, pero cuando nos creemos capaces, sencillamente no hay quien nos detenga. Una vez que creemos en lo posible, todo sucede. ¿Qué tendrá esto que ver con un plato de comida? Pues sí, tiene mucho que ver, sobre todo en tiempos difíciles, esas etapas que nos ponen a prueba para ver qué herramientas tenemos y cuáles vamos a utilizar. También tiene que ver con hacerlo diferente.
La creencia general es que, si nuestros ingresos son pocos, si han disminuido por una crisis o emergencia, vamos a pasarlo muy mal. Ciertamente, el chance que tenemos de pasarlo no tan bien al menos es alta. Sin embargo, cuando la vida “aprieta” es una excelente oportunidad para buscar opciones y otras vías para mejorar y sanar. Cuando de comida se trata, la creencia es que vamos a comer harinas, pasta, arroz, porque son los alimentos más baratos, ricos en calorías y que contribuyen a satisfacer el apetito de manera más rápida. Esto, se convierte en realidad para muchas personas, pero podría ser una etapa para el cambio. Si llevamos al plato nuestras intenciones de comer mejor, podremos entonces cambiar nuestras creencias y buscar alternativas.
Un plato de comida se ve más bonito si tiene colores: amarillo, rojo, verde, anaranjado, blanco, marrón. ¿Cómo lograrlo si el presupuesto no alcanza? Pensando, planificando, estableciendo las prioridades y buscando alternativas, es decir, no quedando en la parálisis, sino al contrario poner de nuestra parte para construir un plato saludable, agradable a la vista (recordemos que se come con la vista también), con aromas agradables, con ingredientes que aporten equilibrio y nutrientes a la dieta.
Si sabemos lo importante que es alimentarnos bien, aunque no tengamos mucho recursos, si colocamos nuestra alimentación al tope de las prioridades estaremos siempre más atentos para lograrlos, es como decir a alguien que no tiene agua que debe lavarse las manos frecuentemente, no tienes agua pero cuando la tengas ya sabrás lo que tienes que hacer: hervirla para tomar, lavarte las manos, limpiar tus enseres básicos, no la vas a desperdiciar, ni vas a comprar flores y colocar floreros de agua por más bellas que sean las flores.
De la misma manera: quieres comer saludable, entonces sal a tu jardín quizás encuentres un arbolito de limones que no habías visto. Una vez una madre nos dijo que tenía una mata de auyama (calabaza) pero que no la utilizaba, sino que otras personas las utilizaban; pídele a quien le compras los vegetales que te dé los tallos de brócolis y las hojas de remolacha, en general las botan y las podemos rescatar para construir un plato multicolor. La diferencia entre comer arroz solamente, arepas solas, pasta, yuca (solo blancos) que tal que podamos añadir un toque de tallos de brócolis al arroz, acompañando a unas sardinas y unas hojas de remolacha salteada, tomar la sopa con una crema de auyama que aporta la vitamina A que tanto necesitamos, una fruta de temporada que pueda ser adquirida sin tanta preocupación económica, para de esta manera retomar la manera criolla de comer: sopa-seco-postre.
Trabajemos por cambiar nuestras creencias, creer que no se puede solo nos acerca a lo negativo, creer que sí podremos abre ventanas de oportunidades, de crecimiento y bienestar. La alimentación adecuada bien lo merece.